sábado, 17 de mayo de 2008

LECTURA Y LECTURA RÁPIDA

LA LECTURA

La lectura para los estudiantes es el principal instrumento de aprendizaje, pues la mayoría de las actividades escolares se basan en la lectura. Leer es uno de los mecanismos más complejos a los que puede llegar una persona a que implica decodificar un sistema de señales y símbolos abstractos.

¿Cuál es el proceso que se sigue en la lectura?
Es un proceso interno, inconsciente (Solé, 1994). Debe asegurar que el lector comprende el texto y que puede ir construyendo ideas sobre el contenido extrayendo de él aquello que le interesa. Esto sólo puede hacerlo mediante una lectura individual, precisa, que le permita avanzar y retroceder, que le permita detenerse, pensar, recapitular, relacionar la información nueva con el conocimiento previo que posee. Además deberá tener la oportunidad de plantearse preguntas, decidir qué es lo importante y qué es secundario.
Se pueden contemplar tres momentos, y en cada uno se plantean situaciones de aprendizaje:
Antes de la lectura, respondiendo a preguntas tales como:
· ¿Para qué voy a leer?
· ¿Qué sé de este texto?
· ¿De qué trata este texto? ¿Qué me dice su estructura?
Durante la lectura, realizando tareas como:
Formular hipótesis y hacer predicciones sobre el texto
Formular preguntas sobre lo leído
Aclarar posibles dudas acerca del texto
Releer partes confusas
Consultar el diccionario
Pensar en voz alta para asegurar la comprensión
Crear imágenes mentales para visualizar descripciones vagas
Después de la lectura, con actividades como:
Hacer resúmenes
Formular y responder preguntas
Recontar
Utilizar organizadores gráficos

Todo esta nueva concepción del proceso de comprensión lectora implica bastante más que decodificar palabras de un texto, contestar preguntas después de una lectura literal, leer en voz alta, siempre leer solo y en silencio o una simple identificación de palabras.
Pearson, Roehler, Dole y Duffy (1992) afirman que el concepto de comprensión basado en la teoría del esquema ha sido la base de la mayor parte de su trabajo sobre el proceso de comprensión que utilizan los lectores competentes o expertos, los factores que separan los expertos de los principiantes y los métodos que utilizan los docentes para promover o mejorar la comprensión. Sus investigaciones han demostrado que los lectores competentes poseen unas características bien definidas. Éstas son:

1.- Utilizan el conocimiento previo para darle sentido a la lectura.
Pearson et al (1992) afirman que las investigaciones que se han realizado con adultos, niños, lectores competentes y lectores en formación arrojan la misma conclusión: la información nueva se aprende y se recuerda mejor cuando se integra con el conocimiento relevante previamente adquirido o con los esquemas existentes.

2. Monitorean su comprensión durante todo el proceso de la lectura
Monitorear es un mecanismo primario que utilizan los lectores para lograr el sentido de lo que leen. Siempre hemos sabido que los buenos lectores son más cuidadosos en su lectura que los que no lo son. Que también son más conscientes de cuán bien o cuán mal están leyendo y utilizan diversas estrategias para corregir sus errores de lectura una vez se dan cuenta de la situación
La evidencia presentada en las investigaciones que se han llevado a cabo indican que el monitoreo de la comprensión es lo que distingue al lector competente, del que no lo es. Otra característica del lector competente relacionada con la función de monitorear es que éste corrige y regula la comprensión del texto tan pronto detecta que hay problemas.

3. Toman los pasos necesarios para corregir los errores de comprensión una vez se dan cuenta que han interpretado mal lo leído.
Los buenos lectores saben lo que hay que hacer tan pronto se dan cuenta que no entienden lo que están leyendo. Cuando la lectura es difícil dedican más tiempo a la misma, contrario a los menos competentes o con déficit que dedican el mismo tiempo a la lectura independientemente de su nivel de complejidad. Otra estrategia que utilizan los lectores competentes es que están dispuestos a volver al texto para resolver cualquier problema de comprensión.

4. Pueden distinguir lo importante en los textos que leen.
Determinar qué es importante en una lectura es fundamental en el proceso de comprensión. ¿Cómo se diferencia lo importante de lo que no lo es? Williams (1986,b); Tierney y Cunningham (1984) y Winograd y Bridge (1986) hacen una distinción entre lo que es importante para el autor y lo que es importante para el lector. Los lectores determinan lo que es importante para ellos dependiendo del propósito de su lectura (Pchert y Anderson, 1977).

5. Resumen la información cuando leen.
Muchos estudios confirman la utilidad de resumir como una estrategia de estudio y de comprensión de lectura.

6. Hacen inferencias constantemente durante y después de la lectura.
Uno de los hallazgos más comunes en los investigadores que estudian el proceso de comprensión lectora es que el hacer inferencias es esencial para la comprensión (Anderson y Pearson, 1984).

7. Preguntan
Este proceso de generar preguntas, sobre todo las que estimulan los niveles superiores del conocimiento, llevan a niveles más profundos del conocimiento del texto y de este modo mejora la comprensión y el aprendizaje (Andre y Anderson, 1979).
El uso autónomo y eficaz de las estrategias de comprensión que acabamos de mencionar va a permitir a los estudiantes:
1. Extraer el significado del texto completo o de las diferentes partes que lo componen.
2. Saber dirigir su lectura avanzando o retrocediendo en el texto para adecuarlo al ritmo y las capacidades necesarias para leer correctamente.
3. Conectar los nuevos conceptos con los conocimientos previos para así poder incorporarlos a sus esquemas. (Serra Capallera y Oller Barnada, 1977).

Malos hábitos en la lectura
1. La regresión
Consiste en volver atrás sobre lo leído, antes de terminar el párrafo. Muchas veces, se hace de forma inconsciente. La regresión provoca un efecto negativo sobre la velocidad de lectura y la comprensión de lo leído, porque se divide el pensamiento, se pierde la idea general. Todavía hay muchos lectores que creen que con este medio se reafirma la comprensión de lo leído.

2. La vocalización……
Cuando la lectura se acompaña con movimientos labiales, aunque no emita sonidos. Constituye un gran impedimento para la buena lectura porque el lector tiene que estar pendiente de cada palabra y de vocalizarla. Así se distrae la atención de lo fundamental.

3. Movimientos corporales
La lectura es una actividad mental y todo movimiento físico es innecesario, salvo el de los ojos. Algunos lectores se balancean, se sirven del dedo para recorrer las líneas, adoptan malas posturas, cuando el cuerpo debería estar relajado.

4. Vocabulario deficiente
El buen lector tiene a mano y consulta con frecuencia el diccionario. Si el vocabulario es escaso habrá textos en los que descartamos gran cantidad de palabras y expresiones que harán que nuestra lectura sea lenta.
Es un círculo cerrado: hasta que no se empiece a usar con regularidad el diccionario no se ampliará el vocabulario y la lectura no será todo lo eficaz que debiera.

Tipos de Lecturas

Según el modo de leer:
Lectura completa u horizontal, Lectura selectiva o vertical, Lectura mecánica: Lectura literal, Lectura oral o en alta voz, Lectura silenciosa, Lectura comprensiva y Según su finalidad.

Lectura completa u horizontal: consiste en correr la vista sobre todas las palabras y oraciones. Es la lectura que se debe practicar a diario, ésta puede ser lenta o de velocidad normal.

Lectura selectiva o vertical: consiste en pasar la vista rápidamente sobre el texto y detenerse sólo en los sitios o lugares que de verdad tengan importancia para el lector. Es el tipo de lectura que efectúan aquellas personas que están acostumbradas a hacerlo con regularidad, ante un periódico o revista.

Lectura mecánica: se limita a convertir los signos escritos en fonéticos, se identifica palabras, pero no se producen significados, por lo que el nivel de comprensión es prácticamente nulo.

Lectura literal: es la más elemental y se caracteriza por una compresión superficial del contenido.
Lectura oral o en voz alta: practicada cuando articulamos el texto en viva voz, sonoramente, pero sin ningún beneficio.

Lectura silenciosa: se procesa mentalmente el mensaje escrito sin pronunciar palabras, siguiendo con la mirada las líneas. Esta es la lectura del buen lector, pues en silencio éste obtiene buen nivel de comprensión.

Lectura comprensiva: aquella que vuelve una y otra vez sobre los contenidos impresos, tratando de encontrar e interpretar bien su verdadero significado.

Según su finalidad:

Exploratoria: es aquella que nos permite encontrar rápidamente las informaciones o tener en pocos minutos una visión general y completa de un material escrito. A esta lectura también se le suele llamar global o de sondeo. Conviene realizarla cuando nos encontramos por primera vez con un libro o un artículo que nos interesa. Se hace para buscar si el texto contiene la información requerida (una fecha, una definición, etc.), permitiendo examinar la organización del contenido y determinar si nos interesa (por ejemplo, cuando hojeamos un periódico).

Informativa: lectura completa o más o menos rápida de un material que no requiere memorizar en detalle, sino comprenderlo y retenerlo a grandes rasgos. Esta lectura puede ser utilizada en novelas o noticias periodísticas seleccionadas. Una variedad en este tipo de lectura, es la de placer, pues el lector la maneja de acuerdo con sus necesidades.

Para realizar este tipo de lectura debemos:- Leer con rapidez o velocidad media.- Detenerse en lo que interesa.- Saltar las partes que se consideren poco importantes.

De estudio: utilizada para aprender una lección, un capítulo de un libro, cuya finalidad es la de comprender y asimilar su contenido recordándolo completamente y que permita realizar una explicación. El objetivo de esta lectura es la comprensión, asimilación y retención de los contenidos leídos.

- Leer lentamente.- Comprender todas las partes y establecer relaciones.- Hacerse preguntas y contestarlas.- Subrayar.- Tomar notas.- Resumir, esquematizar.- Repasar.

Crítica: tiene un carácter interpretativo, su fin es deducir lo que desea comunicar el autor y contrastarlo con nuestro propio criterio sobre el mismo tema. Es probable que de este contraste de ideas surja un reajuste de nuestros conocimientos a causa de la precisión, claridad y abundancia de datos que nos ha proporcionado la nueva información. Es una lectura lenta y reflexiva.

Para este tipo de lectura se debe:

- Leer muy lentamente, varias veces.- Tomar notas.- Indicar cualidades y defectos.- Consultar otros textos y personas autorizadas sobre el tema.

Recreativa: su fin principal es entretener, dejar volar la imaginación... Sea lo que fuere lo que leamos, siempre será importante aprender nuevas cosas que permitan incrementar nuestra cultura.Para estas lecturas no hay normas específicas. El lector lee a la velocidad que más le agrada, pero la velocidad rápida es recomendable cuando se trata de percibir ideas básicas.

Reflexiva: practicada por el pensador, el filósofo, puesto que es una lectura densa, lenta y reposada; presupone el grado más elevado de abstracción, reflexión y concentración. En el transcurso de esta lectura se produce un elevado número de ideas de gran calidad, riqueza y profundidad de contenidos, que el lector va cotejando y relacionando, buscando todas las afinidades, aproximaciones y contrastes posibles.

LECTURA RÁPIDA


La lectura rápida es la que se hace para buscar un dato concreto (un nombre, una fecha, una cita, etc) que nos interesa conocer antes o después de iniciar una lectura. Es echar un vistazo sobre el texto con un propósito específico.

Leer un capítulo rápido consiste en leer sólo la primera oración de cada párrafo. Después de la lectura rápida, el lector puede identificar los puntos más importantes y así establecer el objetivo de su lectura o el trabajo sobre el texto que quiere realizar. Este proceso le sirve para planificar su lectura intensiva del texto.

En ocasiones queremos saber si los textos que hemos seleccionado para leer son verdaderamente pertinentes al tema que deseamos trabajar. Podemos hacer una lectura rápida para determinar la meta y el propósito de la lectura, antes de comenzar a leer detenidamente o descartarlo por no estar directamente relacionado con nuestro tema.

Leer deprisa, utilizando las técnicas adecuadas, te permite leer más y memorizar mayor cantidad de contenido en menos tiempo. Para ello te presentamos a continuación algunos aspectos importantes:

* Es indispensable el buen funcionamiento de los ojos y, por otra parte, debemos poseer una decidida voluntad de superación de la propia destreza de lectura. Si somos ya lectores rápidos –350 palabras por minuto– nuestro objetivo será llegar a superar nuestras propias cuotas de palabras por minuto (p.p.m). Si somos lectores lentos –150 palabras por minuto– nuestro objetivo será hacernos lectores rápidos, por lo menos, en la primera fase de nuestro aprendizaje. Debemos tener en cuenta que podemos llegar a alcanzar, empleándonos a fondo en el entrenamiento, una velocidad de lectura de hasta 900 p.p.m, y que lectores excepcionalmente rápidos y hábiles pueden llegar a las 1000 p.p.m.
* Es recomendable determinar nuestro punto de partida, es decir, calcular a qué velocidad somos capaces de leer habitualmente con un máximo de comprensión.
* Debemos descubrir qué cosas nos impiden una lectura rápida y eficiente. Nuestros malos hábitos de lectura (vocalización, subvocalización, fijaciones excesivas, retrocesos) deben ser descubiertos y erradicados.

Leer rápido es producto de la ejercitación
De la misma forma, se afirma que sólo es necesario para nuestro cerebro reconocer las primeras y las últimas letras de las palabras para que se de una imagen que permita cerrar la figura y promover el descubrimiento del significado de lo escrito en forma rápida. El orden interno, en este caso, no es muy importante para el cerebro.

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